La reciente subida de los tipos de interés aprobada por el Banco Central Europeo ha sido un auténtico mazazo para las familias que tengan contratada una hipoteca a tipo variable. En la próxima revisión, esto supondrá un aumento en su cuota mensual. Se calcula un aumento de precios de entre 150 y 300 euros al mes.
Además, las perspectivas siguen sin ser halagüeñas para los clientes de créditos hipotecarios, pues el gobernador del Banco de España cree que los tipos de interés alcanzarán su máximo durante el primer trimestre de 2023. Si a fecha actual, el dato es del 1,25%, para el próximo año se podrá situar entre el 2,25 y el 2,5%.
Esta situación está llevando a muchos clientes a interesarse por las hipotecas a tipo fijo, indican desde el comparador financiero Sin Comisiones. Y es que estas presentan la ventaja de la estabilidad, pues su interés no depende de índices cambiantes como el Euribor. El cliente siempre paga las mismas cuotas. Estos préstamos son más económicos a largo plazo si el índice citado se mantiene alto a medio o largo plazo.
El inconveniente es que el interés que exigen las hipotecas actuales es más alto que el de las variables, y el coste de las cuotas se va a mantener más caro en los próximos meses. Aun así, hay muchos clientes que se interesan por cambiar de hipoteca variable a fija, para ganar en estabilidad y porque están temerosos de que el BCE siga subiendo los tipos de interés.
¿Qué opciones hay para pasar de hipoteca variable a fija?
Las entidades bancarias, sabedoras de la situación actual, están subiendo sus hipotecas a tipo fijo para incentivar la contratación de las hipotecas a tipo variable y evitar el cambio de tipo de hipoteca. Esta última operación es posible hacerla, siempre y cuando se asuman costes de gestión que habrá que tener en cuenta.
Las fórmulas para cambiar esta tipología son muy variadas: una novación, la subrogación o bien contratar un nuevo crédito hipotecario. En general, las entidades ofrecen un interés de entre el 2,5 y el 3%, pero en algunas situaciones ya están ofreciendo tipos en torno al 4%. Para conseguir un buen interés, lo aconsejable es pedir una oferta al propio banco y consultar otras entidades, para hacer un buen análisis de las opciones disponibles.
Novación
La novación de la hipoteca consiste en llegar a un acuerdo con el propio banco con el que se tiene contratado el crédito hipotecario para cambiar el tipo de variable a fijo. Esto obliga a tasar de nuevo la vivienda y formalizar todo el proceso ante notario. Es la alternativa más económica, la que conlleva el pago de menos comisiones.
Subrogación
La subrogación es directamente cambiar de banco, que sea este el que apruebe el crédito actual pero varíe las condiciones de tipo variable a fijo. En estas situaciones, la entidad debe aceptar el cambio de tipo variable a fijo.
Por supuesto, hay que tasar de nuevo la vivienda y formalizar la subrogación ante notario, además de pagar comisiones al nuevo banco. Esta fórmula es similar a la novación, pero cambiando de entidad bancaria, lo que encarece en parte el proceso.
Contratar una nueva hipoteca
Esta última opción es la más cara, pues obliga a cancelar la hipoteca actual y contratar una nueva. Es la opción más cara por la apertura de nuevos trámites burocráticos y las comisiones asociadas, una de ellas es la de cancelación del crédito.
En estos casos para aprobar la nueva hipoteca a tipo fijo es necesaria la validez de un notario, liquidar el crédito anterior con la nueva hipoteca y tramitar la cancelación inscribiendo el nuevo contrato en el Registro de la Propiedad.
¿Cuánto cuesta cambiar de hipoteca variable a fija?
El desembolso que supone cambiar un crédito hipotecario de tipo variable a fijo depende de la opción escogida. En una novación de hipoteca, la modificación de las condiciones iniciales es muy ventajosa para el cliente, pues solo supone pagar una comisión de entre el 0 y el 1% del porcentaje del crédito hipotecario que quede por pagar, además de los costes de tasación de la vivienda.
En la subrogación, la comisión suele ser del 0,25% durante los tres primeros años y del 0,15% los dos años siguientes, a lo que hay que sumar los costes de tasación. Esto es válido para las hipotecas firmadas a partir de junio de 2019, cuando entró en vigor la nueva Ley Hipotecaria.
El último caso, el de la contratación de la nueva hipoteca, esta operación puede suponer pagar hasta el 1% de la antigua hipoteca y sumar todos los gastos asociados al nuevo crédito.
¿Cuáles son las ventajas de las hipotecas a tipo fijo?
Una hipoteca fija se caracteriza por mantener el mismo tipo de interés durante todos los años del crédito. La cuota mensual que ha de abonar el hipotecado se mantiene con el mismo importe durante el periodo de pago, lo que aporta mucha tranquilidad. No está sujeta a los cambios en los tipos de interés.
La situación económica que se avecina invita a interesarse por las hipotecas fijas, incluso en un momento en el que los bancos están subiendo sus tipos de interés.